top of page

Equipo de trabajo

El rol del adulto en este proceso de desarrollo es por una parte garantizar un ambiente relajado (no hay ambiente relajado para un niño sin la presencia de un adulto, Wild, Rebeca), con variedad de  actividades  que cubran sus necesidades y por otra acompañarlos, atendiendo a los procesos individuales y grupales. Este papel varía según las circunstancias, un adulto que acompaña puede estar observando, participar como uno más, ser un modelo de referencia, hacer propuestas concretas, o poner límites. Pero para poder saber qué hacer en cada momento, el adulto tiene que estar muy presente para percibir las pequeñas señales que ellos nos van dando y tener una buena conexión con cada uno de los niños.

  • Siendo capaz de respetar los ritmos y momentos de aprendizaje de cada niño, sin transmitir sus propias ansiedades.

  • Demostrando claridad y respeto a la hora de poner límites, considerando estos fundamentales de un ambiente seguro y apto para crecer sana y libremente

  • Demostrando la capacidad de mediar en situaciones conflictivas, promoviendo el diálogo y la resolución en armonía.

  • Comprometiéndose a mantener una escucha activa y mirada crítica reflexiva sobre sí mismo y su entorno.

  • Comprometiéndose a trabajar en grupo, consensuando las decisiones, manteniendo el interés por crecer día a día humana y profesionalmente.

  • Interesándose en su continua capacitación, tanto en estrategias pedagógicas, como en la actualización de contenidos y enfoques didácticos y holísticos, y por sobre todo, que sienta y promueva los valores fundamentales del proyecto: el amor al respeto, la solidaridad,  la cooperación, aportando al crecimiento personal de cada ser humano.

  • Brindando las herramientas a los niños para aprender a aprender y no transmitir conocimientos, desarrollando la curiosidad, creatividad, libre exploración.

bottom of page